Por la tecnología, la capacidad de atención es de apenas 8 segundos

En el año 2000 el nivel de atención media de una persona era de 12 segundos. Lo atribuyen a que el estilo de vida necesita de un mayor esfuerzo para concentrarse. La mitad mira su dispositivo celular cuando no hace nada. 

Un reciente estudio de la empresa Microsoft alerta sobre el deterioro de la capacidad de atención en las personas. Es un vasto tema, el del impacto del uso de los aparatos electrónicos en la memoria y en la atención de las nuevas generaciones. La novedad de este estudio es que utilizó tecnologías de electroencefalogramas para medir los cambios que se están produciendo en los cerebros humanos, y por ende, en los comportamientos individuales que terminan siendo sociales. O al menos en los cerebros y comportamientos de los canadienses, ya que el estudio se realizó en ese país, y en dos mil voluntarios canadienses de ambos sexos, oficios, y variada edad. Las conclusiones resultan hirientes para los seres humanos: ya que si en el año 2000 el nivel de atención medio de una persona (es decir, su capacidad para centrarse en una tarea sin distracciones) era de 12 segundos, en estos últimos años esa capacidad se redujo a unos ocho segundos, uno menos que los pecesitos de colores llamados Golden Fish. Lo que implica que hasta los pecesitos, largamente estudiados por la ciencia debido a su capacidad de atención, ganan por un segundo al grupo investigado.

El estudio se denomina Attention Spans: Consumers Insights (que podría traducirse como “Capacidad de Atención: hábitos acerca de los consumidores”), fue dirigido por la especialista Alyson Gausby, y se publicó en el sitio de Microsoft. El gigante tecnológico viene realizando este estudio desde el año 2000, y los investigadores encuestaron a 2000 canadienses, de los cuales a 112 los estudiaron con electroencefalogramas, para concluir que “un estilo de vida más tecnológico necesita de un esfuerzo mayor para centrarse en ambientes donde se requiere una atención prolongada”. En otras palabras: las nuevas tecnologías atentan contrala capacidad de atención, pero aumenta la productividad.

LA SUPERVIVENCIA DE LAS ESPECIES MÁS VULGARES. ¿Quiénes son los responsables de que nos resulte cada vez más arduo focalizar segundos en algo o en alguien? El uso y consumo de los medios de comunicación, la irrefrenable atención a los celulares inteligentes durante todo el día (y la noche), y la combinación de los soportes (televisión e internet). Los celus, las computadores, las tablets, ofrecen enormes caudales de actividades (e inactividides) al alcance de la mano: cada vez son más quienes «matan», literalmente el tiempo respondiendo irrelevancias por WhatsApp, Facebook o Twitter. «Sucede que las nuevas tecnologias generan estímulos e inmediata respuesta, como lo vemos hoy cada vez más en el uso que hace la gente de los teléfonos inteligentes en el subte, en el colectivo, en las reuniones de trabajo, en el cine o el restorán». Lo que no está claro si solo deba atribuirse a esta nueva modalidad de intercambio, o a la baja tolerancia a la frustración en la que estamos inmersos adultos y niños, en el sentido de que todo deba resolverse en forma inmediata sin capacidad para tolerar la espera», teoriza la especialista y psicóloga Nora Vinacur, quien añade: «Las nuevas tecnologías generan un nuevo modo de intercambio y promueven que el mundo responda del mismo modo. Es difícil en muchas circunstancias lograr educar y enseñar que en muchas ocasiones no todo se resuelve en forma inmediata, miramos el tiempo, vemos las noticias, un video gracioso de YouTube, esa chiste que te ha enviado tu cuñado, todo ello en cuestión de segundos”.

El estudio de Microsoft revela que la creciente falta de atención no termina dependiendo de factores como la edad, sino del estilo de vida y el comportamiento digital.

ESTUDIOS Y PUBLICIDAD. Los estudios acerca de los patrones de consumo son legión. De algún modo, este se une a ellos, ya que el de la publicidad es un sector que observa día a día con mayor atención la atención o desatención a la hora de consumir (y si compramos algo desatendiendo, saber eso que desatendemos es una información crucial para esos estudios).
El estudio de Microsoft revela que la creciente falta de atención no termina dependiendo de factores como la edad (los jóvenes no son los únicos que se dispersan), sino del estilo de vida y el comportamiento digital. El 50% de los consultados recurre al móvil cuando no tiene nada que hacer, y el 59% reconoce que se sentirían perdidos sin sus dispositivos tecnológicos que usan diariamente. El 66% ya utiliza otro dispositivo (un celu, una tablet) mientras ve la televisión. Y así.

GOOD NEWS. No todo es apocalipsis. El estudio se basa en otros estudios muy celebrados, y confirma a ellos en lo siguiente: en que el cerebro humano es tan complejo y avanzado que puede adaptarse a cualquier tipo situación.
La tecnología e Internet reduce nuestro nivel de atención, pero a la vez, aprendemos a concentrarnos mucho, y con mejores habilidades, en períodos cortos de tiempo. En el sentido en que ahora cuesta mucho menos, según el estudio, que las personas se concentren al cambiar de tarea. Finalmente, las personas más tecnológicas tienen según los investigadores “explosiones intermitentes de alta atención”: resultan por lo tanto más aptos para los tiempo que corren, gracias a que muestran una “necesidad menor” a la hora de meditar sobre las cosas, las personas, el mundo, la vida misma.

Los tres diferentes tipos de atención

Atención prolongada

Se llama atenciòn sostenida o prolongada a aquella “habilidad” para mantener una focalización en una tarea específica, repetitiva. No es fácil: lo muestra el hecho de que el 44% de los estudiados se tienen que concentrar duro para mantenerse en foco. Si el estudio revela que en los nuevos omnívoros el uso de los dispositivos atentas contra ella, es preciso atender a la salud de los neurotransmisores de los consumidores: el trabajo revela la importancia de ejercitar la atención, y de migrar con frecuencia de lo digital a la intercomunicación humana. Es decir que es aconsejable mitigar o restarle vida a la vida digital en el día a día.

 Atención selectiva

Se llama así a la de quienes logran identificar las tareas a atender de un modo equilibrado, y desconectar aquellas que interrumpen la plena atención a la que los agentes consideran más importante en ese momento. Son las que eligen pocas distracciones. Es decir , menos pantallas. De los 2000 canadienses, un 54% dijo que las tecnologías atentan contra la atención hacia una tarea o acción donde ellas no influyen en nada (una clase, la redacción de un informe, etc.) Mientras que el 51% de ellos aseguró que no dudan de que es necesario apagar los aparatos, solo un 39% lo hace muy cada tanto.

Atención alternativa

Es la que logra con eficiencia alternar la atención de acuerdo a las variadas tareas que lo requieran en ese momento. El 67% de los canadienses asegura que la apertura de muchas pantallas logra esa habilidad o capacidad. De ese porcentaje, 76% son gente de 18 a 24 años, lo que enrostra el grado de intimidad que existe entre los jóvenes y no tanto y los dispositivos tecnológicos en la vida cotidiana.

El género no incide para nada en esta dimensión, según el estudio: “No existe ningún indicio de que la mujer ostente mayor capacidad alternativa –multi-screen- que los hombres”. 

Fuente: InfoNEWS

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